3 tipos de pérdida auditiva | ¿Cuál tiene?

Comprender los tres tipos de pérdida auditiva

La pérdida auditiva es un problema frecuente que afecta a millones de personas en todo el mundo. Con un número creciente de personas con dificultades auditivas, es fundamental comprender los tipos de pérdida auditiva y sus respectivos tratamientos. Esta entrada de blog profundiza en los tres tipos principales de pérdida auditiva: neurosensorial, conductiva y mixta, y explora sus causas, prevención y opciones de tratamiento.

Pérdida auditiva neurosensorial: la forma más común

La pérdida auditiva neurosensorial (SNHL) es el tipo más prevalente y representa casi el 90% de todas las pérdidas auditivas. Esta forma de pérdida auditiva se produce debido a un daño en los componentes sensoriales o nerviosos del oído, específicamente en las células ciliadas internas de la cóclea o del nervio auditivo.

Causas del SNHL:

  1. Exposición al ruido: los ruidos fuertes, ya sean repentinos como los disparos o prolongados como el de la maquinaria pesada, pueden dañar las células ciliadas del oído interno y provocar una pérdida auditiva permanente.
  2. Envejecimiento: conocido como presbiacusia, este deterioro natural de las células ciliadas ocurre a medida que envejecemos. Con frecuencia, se ve agravado por otros problemas de salud, como la diabetes o la hipertensión arterial.
  3. Genética: un factor importante, especialmente en la pérdida auditiva congénita, en la que los niños nacen con deficiencias auditivas por motivos genéticos.

Opciones de tratamiento:

  • Audífonos: el tratamiento principal para la SNHL, los audífonos programados correctamente pueden mejorar significativamente la audición.
  • Implantes cocleares: en casos de pérdida auditiva de grave a profunda, pueden ser necesarios implantes cocleares.

Pérdida auditiva conductiva: cuando el sonido no puede llegar al oído interno

La hipoacusia conductiva se produce cuando hay una obstrucción o daño en el oído externo o medio que impide que el sonido llegue a la cóclea.

Causas:

  1. Acumulación de cerumen o infecciones: las obstrucciones en el canal auditivo pueden impedir la transmisión del sonido.
  2. Problemas del tímpano: las perforaciones o cicatrices causadas por infecciones pueden dificultar la conducción del sonido.
  3. Complicaciones del oído medio: los problemas con los huesecillos o los problemas con la presión del oído medio pueden provocar una pérdida auditiva conductiva.

Enfoques de tratamiento:

  • Medicamentos o cirugía: según la causa, la pérdida auditiva conductiva a menudo se puede tratar médicamente.
  • Audífonos o implantes: En algunos casos, se utilizan audífonos, audífonos anclados a los huesos o implantes de oído medio como Sound Bridge.

Pérdida auditiva mixta: una combinación de factores

La pérdida auditiva mixta incluye aspectos de la pérdida auditiva neurosensorial y conductiva. Podría deberse a una exposición prolongada a ruidos fuertes combinada con daños físicos en las estructuras del oído.

Tratamiento de la pérdida auditiva mixta:

  • Intervención médica: un otorrinolaringólogo suele tratar el componente conductivo.
  • Audífonos: los audiólogos abordan el aspecto neurosensorial utilizando audífonos u otros dispositivos.

La importancia de la detección y el tratamiento tempranos

La pérdida auditiva no tratada se ha relacionado con varios problemas, como el deterioro cognitivo, la demencia, la depresión y el aislamiento social. Por lo tanto, las evaluaciones auditivas periódicas son cruciales, especialmente para las personas mayores de 50 años o aquellas que tienen dificultades auditivas.

Consejos de prevención:

  1. Proteja sus oídos: use la protección auditiva adecuada en entornos ruidosos para evitar la pérdida auditiva inducida por el ruido.
  2. Chequeos regulares: especialmente importantes para las personas con antecedentes familiares de pérdida auditiva o exposición a factores de riesgo.
  3. Estilo de vida saludable: mantener la salud en general puede ayudar a mitigar el deterioro auditivo relacionado con la edad.

Buscando ayuda profesional

Si sospecha que usted o un ser querido tiene pérdida auditiva, es vital que consulte con un audioprotesista. Los audiólogos pueden realizar evaluaciones exhaustivas para diagnosticar el tipo de pérdida auditiva y recomendar el tratamiento más eficaz.

Su proveedor local de HearingUp puede ayudarlo

Comprender los diferentes tipos de pérdida auditiva es clave para buscar la atención adecuada. Ya sea neurosensorial, conductiva o mixta, cada tipo tiene tratamientos específicos que pueden mejorar considerablemente la calidad de vida. Recuerde que la detección y la intervención tempranas son cruciales para un tratamiento eficaz. Para quienes buscan una atención personalizada y basada en las mejores prácticas, la red HearingUp ofrece acceso a una amplia gama de proveedores de atención auditiva independientes, todos ellos examinados por el propio Dr. Cliff. Busque un audioprotesista local en Proveedores de audición para garantizar el mejor tratamiento posible para sus necesidades auditivas.

Transcripción del vídeo

Transcripción del vídeo

Casi 50 millones de personas en los Estados Unidos tienen algún tipo de pérdida auditiva y, para 2060, se espera que esa cifra aumente a casi 75 millones. En la actualidad, dos tercios de las personas mayores de 70 años tienen pérdida auditiva. El hecho es que, en un momento u otro, la pérdida auditiva afecta a la vida de todos, ya sea su pérdida auditiva o la de un miembro de su familia. Por eso, hoy analizaré los tres tipos de pérdida auditiva, incluidas sus causas principales, si se puede prevenir y las opciones de tratamiento. Pero antes de hacerlo, te agradeceríamos que le dieras mi aprobación a este vídeo para que vídeos como estos lleguen a un público más amplio y, ya que estás en ello, si aún no lo has hecho, pulsas el botón de suscripción con la campana de notificación. Asegúrate de hacerlo también para no perderte ninguno de nuestros vídeos recién lanzados.

Ahora, para entender cada tipo de pérdida auditiva, primero necesita una comprensión básica de la anatomía del oído. En realidad, el oído humano está compuesto por tres elementos distintos: el oído externo, el oído medio y el oído interno. El oído externo incluye el pabellón auricular, que es en lo que piensa la mayoría de las personas cuando escuchan la palabra oído, así como el canal auditivo y el tímpano. El propósito del oído externo es captar las vibraciones del sonido y canalizarlas hacia el tímpano, donde luego se transfieren al oído medio. Resulta que el oído medio está formado por los tres huesos más pequeños del cuerpo, conocidos como huesecillos, que incluyen el martillo, el yunque y el estribo. Tanto en el oído externo como en el medio, las vibraciones del sonido se amplifican y se convierten en pulsos mecánicos que luego se envían al oído interno. El oído interno está compuesto por la cóclea, que es el órgano auditivo, los canales semicirculares, que controlan el equilibrio, y el nervio auditivo.

Dentro de la cóclea, hay un montón de líquido y una membrana con tres filas de células ciliadas externas y una sola fila de células ciliadas internas. Las células ciliadas externas son responsables de aumentar aún más estas vibraciones, y las células ciliadas internas son responsables de recibirlas. Una vez recibidas, las células ciliadas internas convierten estas vibraciones en impulsos neuronales que viajan por el nervio auditivo hasta el cerebro. Como puede ver, este sistema es muy complejo y cualquier problema que surja a lo largo de esta vía puede provocar una pérdida auditiva, pero es la ubicación de estos problemas lo que determinará qué tipo de pérdida auditiva tiene. En primer lugar, hablemos de la hipoacusia neurosensorial, que es el tipo más común y representa casi el 90% de todas las pérdidas auditivas. Esto ocurre cuando la parte sensorial o nerviosa de la audición se ve afectada, incluidas las estructuras de la cóclea o del nervio auditivo.

La mayoría de las veces, este tipo de pérdida auditiva es causada por un daño a las diminutas células ciliadas internas y externas de la cóclea. Si bien es posible que el oído externo y el oído medio estén haciendo bien su trabajo, el oído interno no puede recibir ni transmitir la vibración del sonido al cerebro de manera eficaz. Pero, ¿qué es lo que hace que estas células ciliadas se dañen en primer lugar? Las causas más comunes de la hipoacusia neurosensorial son los ruidos fuertes, la exposición, la edad y la genética. La hipoacusia inducida por el ruido es causada por la exposición a sonidos fuertes. Esto puede incluir sonidos de alta intensidad que no se producen durante mucho tiempo, como disparos, explosiones e incluso herramientas eléctricas. La hipoacusia inducida por el ruido también puede ocurrir con ruidos fuertes más sostenidos, como los de motocicletas, conciertos y equipos pesados. Ya sea que se deba a un incidente aislado o a lo largo de años de exposición, los ruidos fuertes pueden causar graves daños a las células del órgano auditivo y provocar una pérdida auditiva permanente.

Afortunadamente, esta es la única causa de pérdida auditiva que se puede prevenir por completo, siempre que conozca su riesgo y use la protección auditiva adecuada. Otra causa frecuente de hipoacusia neurosensorial es el envejecimiento. Esta es una fuente bastante inevitable de pérdida auditiva cuya prevalencia aumenta a medida que las personas viven cada vez más, lo que conduce al deterioro natural de las células ciliadas internas y externas. Con la edad, aparecen otros problemas de salud que podrían acelerar el deterioro de estas células ciliadas, como la diabetes, la hipertensión arterial y las enfermedades renales. Si bien no puedes evitar por completo la pérdida auditiva relacionada con la edad, es importante minimizar el riesgo de desarrollar cualquiera de estas otras afecciones de salud que podrían afectar tu audición. En general, esto implica llevar un estilo de vida saludable, controlar cualquier afección actual que ya tengas y seguir las recomendaciones de tratamiento del médico. Por último, la genética desempeña un papel importante a la hora de determinar si vas a desarrollar una pérdida auditiva, incluso cuándo y con qué rapidez.

Casi el 60% de los casos de niños que nacen con pérdida auditiva se deben a factores genéticos que hacen que sea imposible evitarla. Si bien la exposición al ruido, el envejecimiento y la genética son las causas más comunes de la hipoacusia neurosensorial. Existen numerosas causas menos frecuentes. Por ejemplo, la hipoacusia neurosensorial súbita es la rápida aparición de una pérdida auditiva significativa, generalmente en un oído. Esta afección con frecuencia se presenta de forma instantánea, y los investigadores aún no saben por qué ocurre, aunque existe una teoría sólida de que se debe a un ataque viral del oído interno. Este tipo de hipoacusia, que a menudo se disfraza de taponamiento auditivo con cerumen, debe ser evaluada inmediatamente por un profesional de la audición, ya que a menudo requiere una intervención médica urgente para recuperar la audición. La hipoacusia neurosensorial se diagnostica mediante una evaluación auditiva en la que las respuestas se representan gráficamente en un audiograma. En este gráfico, las X y las O indican las respuestas del oído izquierdo y derecho a los tonos cuando el sonido pasa por las tres partes del oído.

Los corchetes indican cuándo la cóclea capta el sonido directamente. Si las X y O se alinean con los corchetes y se sitúan dentro del rango de pérdida auditiva leve o peor, esto se denomina hipoacusia neurosensorial. Si bien el patrón exacto de la pérdida auditiva es diferente de una persona a otra, en un audiograma hay algunas pistas que pueden indicar causas específicas. Por ejemplo, la hipoacusia inducida por el ruido suele tener algún tipo de nivel de ruido cercano a los 3000 hercios. La hipoacusia relacionada con la edad se desarrolla primero en los tonos altos, lo que produce una característica pendiente descendente a través de las frecuencias altas. Los patrones genéticos de la hipoacusia dependen de la mutación genética en sí, pero un patrón común es la hipoacusia a modo de galleta, en la que la pérdida auditiva se produce principalmente en los tonos medios. Con todas las diferentes causas y presentaciones, es posible que se pregunte si se puede hacer algo para tratar esta pérdida auditiva.

Afortunadamente, la mayoría de las pérdidas auditivas neurosensoriales se pueden tratar con éxito mediante el uso de audífonos programados correctamente. En algunos casos de hipoacusia de grave a profunda, es posible que se requieran implantes cocleares para que el tratamiento sea exitoso. Pasemos ahora al segundo tipo de pérdida auditiva: la hipoacusia conductiva. La hipoacusia conductiva representa entre el 5 y el 15% de las pérdidas auditivas, y se produce cuando la vibración del sonido no puede llegar del oído externo al oído interno. Como recordarás, las vibraciones del sonido deben atravesar el oído externo y el oído medio antes de llegar a la cóclea. Si hay una obstrucción o un problema físico que afecte al funcionamiento de esta vía, las vibraciones del sonido no pueden convertirse en impulsos eléctricos que suban al cerebro por el oído externo. La acumulación de cerumen o las infecciones del oído externo pueden bloquear las vibraciones del sonido. Muchas hipoacusias conductivas también se deben a problemas en el tímpano, como las perforaciones o la acumulación de tejido cicatricial a causa de infecciones crónicas del oído externo. En el espacio del oído medio, infecciones, huesecillos desconectados o fusionados e incluso problemas

igualar la presión del oído medio puede provocar una pérdida auditiva conductiva. Algunas pérdidas auditivas conductivas se pueden prevenir. Por ejemplo, si el exceso de cerumen es la causa de la pérdida de audición, puedes programar citas profesionales periódicas para extraerte el cerumen o intentar extraerlo en casa. Además, no tienes que preocuparte por hacer un agujero en el tímpano y provocar una hipoacusia conductiva si no te metes nada en el canal auditivo, como las llaves del coche, las horquillas o los bastoncillos de algodón. Durante la prueba de audición, el audioprotesista podrá identificar fácilmente una hipoacusia conductiva al detectar algo llamado espacio entre el aire y los huesos. Esto ocurre cuando hay un espacio entre las X y las O y los corchetes del audiograma, pero los corchetes permanecen dentro del rango auditivo normal. Estas brechas demuestran la diferencia entre las respuestas cuando se evalúa todo el sistema auditivo con las X y las O, y cuando se evalúa solo el órgano auditivo con los corchetes.

Afortunadamente, la pérdida auditiva conductiva se puede tratar mediante el uso de medicamentos, procedimientos en el consultorio o cirugía. Una vez que se ha identificado la causa de la hipoacusia conductiva, a menudo se puede eliminar esta brecha devolviendo las X y las O al nivel de los corchetes que están dentro del rango normal, pero dependiendo de la persona y del problema. El tratamiento puede incluir el uso de tecnología auditiva, como audífonos, audífonos con anclaje óseo e incluso implantes en el oído medio, como Sound Bridge. El tercer tipo de pérdida auditiva, y el menos común, es la hipoacusia mixta. Esto incluye los componentes de la hipoacusia neurosensorial y conductiva. Por ejemplo, una persona con hipoacusia mixta puede tener una hipoacusia neurosensorial como consecuencia de haber disparado al blanco sin protección durante años, y puede tener una hipoacusia conductiva por haber lanzado accidentalmente un bastoncillo de algodón

a través del tímpano. En este audiograma de ejemplo se puede observar que se aprecian huecos en el aire, lo que indica cierto grado de hipoacusia conductiva, pero ni las X ni las O de los corchetes se encuentran dentro del rango normal, lo que indica que esta hipoacusia se debe tanto a la vía conductiva del oído externo y medio como a la porción neurosensorial del oído interno. Por lo general, la pérdida auditiva mixta requiere un equipo de atención que incluya un otorrinolaringólogo para el tratamiento médico del componente conductivo de la pérdida auditiva mixta, y un audiólogo para tratar cualquier porción neurosensorial restante de la pérdida auditiva mixta. Las investigaciones han identificado de manera consistente que la pérdida auditiva no tratada es el mayor factor de riesgo potencialmente modificable para desarrollar demencia, sin mencionar los impactos negativos que la pérdida auditiva puede tener en la comunicación, las relaciones laborales, la depresión y el aislamiento social. Por este motivo, es importante que te hagas una prueba de audición si tú, algún miembro de tu familia o tu proveedor médico expresan alguna inquietud o si ya tienes más de 50 años.

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